sábado, 11 de abril de 2009

Sábado


Cierro los ojos y me acuerdo, los abro y no se me olvida.

Y me llega ese olor, huele a esa noche, sueño pegajoso
Huele a medianoche en el sillón, toronja artificial, huele a nada, huele a ti, huele a emoción y respiraciones contenidas, tu inocencia disfrazada.

Y te escucho, suena en mi tan claramente todo lo que no me dijiste, escucho la puerta, y los pasos, y tu miedo, tu silencio nervioso.

Y vuelvo a ver todo, es mas lo que imagino que lo que recuerdo, percibo solamente tu brillo en la obscuridad, el ligero resplandor de la televisión descubre tu mirada ansiosa, tranquila y apasionada.

Y te siento! Eso es lo único que no he podido dejar de hacer, siento tus brazos, tu fuerza y tu respiración, siento tu cuerpo, todo de el, siento tus latidos, tu sudor en mi, tu piel tan maltratada, tus manos que me buscan y me atrapan, un tierno salvajismo que me cautiva.

Y empiezo a temblar otra vez, y tu calor me envuelve y mi noche no es la misma.

Siento todo! El dolor en mi espalda que no me importó, tú tan cerca de mi que te respiraba, tu inquietante seguridad, tu interminable energía, tus ganas desbordadas, tu dudosa madurez, tu sonrisa llena de complicidad.

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